Como sembrar una planta


Introducción

Cuando decidí empezar con mi jardín, tenía claro que aunque iba a tener plantas compradas en viveros, muchas de ellas las iba a sembrar yo misma, ya que supondría una tarea apasionante que me permitiría seguir los pasos de su desarrollo. Además, los especialistas en jardinería consideran que si la planta crece desde el principio en entorno definitivo, la adaptación es mucho mejor.

Así que me puse manos a la obra y aprendí que hay varias formas de obtener una planta nueva, que a continuación te voy a explicar.

Siembra con semillas

Éste es un método sólo recomendado para las especies anuales, ya que con las que presentan un ciclo más largo el proceso puede prologarse mucho tiempo.

Para la siembra puedes utilizar un semillero o un tiesto. 

Yo utilizo estos semilleros que me van muy bien, pero si quieres, puedes prepararlo a partir de una caja de madera de unos 10 o 15 cm de profundidad. 

En ambos casos hay que procurar que el drenaje sea bueno, pues el agua estancada ahoga las semillas.

Se pone una capa gruesa de tierra de buena calidad (o mejor todavía, de tierra especial para semilleros que se puede adquirir en los viveros) y a continuación se esparcen algunas semillas del sobre (la cantidad apropiada vendrá indicada en el sobre), procurando que no haya demasiadas. Después se aplica una capa fina de tierra abonada, suficiente para dejar cubiertas las semillas y se riega bien para mantener el sustrato húmedo en todo momento (sin encharcarlo).

Una vez realizada la siembra. se coloca encima un cristal o un plástico, con el fin de mantener la humedad, y se deja en un lugar templado. Al cabo de unos días veremos como despuntan las pequeñas plantas. En ese momento hay que quitar la cubierta, colocar el recipiente en un lugar con luz abundante  e ir dando los riegos apropiados. Pocos días después, es posible que haya numerosos ejemplares. Es el momento de seleccionar los más vigorosos, que serán los que trasladaremos a un recipiente de crecimiento.

Yo estoy probando esta siembra con las plantas aromáticas,

Siembra por esquejes, acodados y bulbos

Esta forma de siembra se utiliza para especies no anuales. A esto habría que añadir el procedimiento de división de mata, que se hace con ejemplares grandes.

Los acodos y esquejes se obtienen en primavera y verano. 

El acodo consiste en un tallo o una raíz que en contacto con el sustrato echan nuevas raíces. Una vez arraigado, se separa de la planta madre y se trasplanta a un recipiente donde dará un nuevo ejemplar.

El esqueje es un trozo de raíz o de tallo, de 5 a 10 cm de longitud, que en un medio adecuado da lugar a una nueva planta. Si se trata de un esqueje de raíz, se entierra y se cubre con arena, dejándolo así durante el invierno, a la primavera siguiente comenzará a brotar. El esqueje de tallo se obtiene de un brote joven, cortando por debajo de un nudo, preferiblemente con un corte oblicuo, se dejan solo las hojas superiores, se unta la parte inferior con hormona de crecimiento y se entierra en el sustrato, dejando después la maceta en un lugar resguardado para que arraigue bien y pase el primer invierno.

Simplemente, hay que colocar una hoja sobre un sustrato húmedo, sujetándolo ligeramente con unas piedrecillas (para que no se separe del suelo), y al cabo de algún tiempo la hoja habrá echado raicillas por los puntos de contacto, desarrollándose una nueva planta a partir de ellas.

Este sistema he comenzado a practicarlo con una begonia.

Cuando alcanza un tamaño adecuado, se trasplanta a otra maceta.

División por mata

Se realiza con ejemplares ya crecidos, y consiste simplemente en dividir la planta por la mitad a nivel de las raíces, quedando de este modo dos porciones más pequeñas, con una parte de las raíces en cada una de ellas, que se plantan en una maceta y crecerán de nuevo hasta alcanzar su tamaño original. Generalmente, este tipo de división es conveniente cuando la planta lleva de tres a cuatro años en la misma maceta, y sirve para vigorizarla, puesto que las nuevas plantas crecen con fuerza renovada. puede hacerse, por ejemplo, con las calateas y con algunos helechos.

Hay que tener en cuenta que no todas las técnicas son aptas para cualquier especie. Antes de la multiplicación hay que informase sobre el método que permite cada una de ellas.

Siembra con bulbos

Se trata de estructuras de supervivencia y multiplicación de las plantas. Muchas especies que producen flores de gran belleza, como los lirios o los tulipanes, son bulbosas. Los bulbos se adquieren en bolsas con instrucciones sobre la profundidad y el momento de plantación. Siguiéndolas con cuidado, con la llegada de la estación propicia nacerá la planta y pronto dará flor.

Junto a estas tereas de plantación destinadas a multiplicar las plantas, el cambio de maceta es otra de las actividades frecuentes que no siempre se hace de manera correcta. En primer lugar, nunca hay que tirar de la planta, por muy fuerte que sea el tallo. Primero, hay que soltar la tierra de las paredes (por ejemplo, pasando un cuchillo a su alrededor, de manera análoga a como se hace para sacar de su molde un bizcocho o similar), y después volcar la maceta para que salga el cepellón entero (es decir, el conjunto de las raíces con toda la tierra que llevan adherida). Previamente, si las pequeñas raicillas sobresalen por los agujeros de drenaje (lo que, además, indica que la planta necesitaba el trasplante), habrá que cortarlas para evitar desgarres.

En el caso de los ejemplares muy grandes (una palmera de interior, por ejemplo), se volcará de un lado la maceta sujetando la planta con una mano para evitar que se dañe. A continuación, se desprenderá la tierra de las paredes (muchas veces golpeando  con un taco de madera o de goma se consigue con facilidad)  y se extraerá el cepellón con cuidado, evitando que el propio peso de la tierra arranque las raíces. La extracción se hará con ambas manos, una en la base del tallo, cerca del cuello de la raíz y la otra en el cepellón.

Todos estos trasplantes deben hacerse en la época de menor actividad vegetativa de la planta, que por lo general coincide con los meses de invierno. Si se trata de especies que florecen en esta época, el cambio de maceta se llevará a cabo una vez que haya finalizado la floración.


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